miércoles, 6 de abril de 2011

Tengo una pregunta para el secretario general de la CTC

El Foro Santo Tomás Moro es una iniciativa de la Delegación de Relaciones Sociales de la CTC que a lo largo de los últimos años se ha ganado un buen prestigio como punto de encuentro virtual “para católicos con vocación política”. En el pasado mes de diciembre, inicié un “hilo” en ese foro bajo el televisivo encabezamiento de “Tengo una pregunta para el secretario general de la CTC” con la sana intención de aclarar dudas y dar la cara. No he pretendido con mis respuestas ser un oráculo del carlismo sino, sencillamente, responder a la obligación que tengo de dar razones, en nombre propio y de la Junta de Gobierno.

El primer forista en intervenir me preguntaba por las relaciones que desde la Comunión mantenemos con otros grupos autodenominados carlistas y si las diferencias eran muchas, pocas o insalvables.

Mi respuesta fue la siguiente:

“A todos nos gustaría que hubiera una única organización carlista, lo más grande y fuerte posible. El problema es que la unidad, si no se hace asegurando con prudencia los elementos comunes, se convierte en pan para hoy y hambre para mañana. En 1986, pronto hará 25 años, fue un logro importante que un buen número de carlistas (encuadrados en la Comunión Tradicionalista, en Unión Carlista, en la Comunión Católico Monárquica y otros "independientes") decidieran reconstituir la Comunión en torno al ideario de siempre para tratar de superar de esta forma, al menos en la acción política cotidiana, la lamentable orfandad dinástica.

En el momento actual, si no existe un diálogo en proceso, al menos sí puedo decir que permanecen abiertas varias vías de comunicación tanto con el Partido Carlista como con la Secretaría Política de don Sixto.

Ideológicamente tenemos grandes problemas para entendernos con el P.C. Ha pasado tanto tiempo desde la ruptura doctrinal de don Carlos Hugo que se ha ido gestando una especie de pequeña tradición heterodoxa "socialista-autogestionaria-federalista" cada vez más incompatible con el carlismo de Dios, Patria, Fueros, Rey. Me temo que la única posibilidad de encuentro con ellos, al menos por el momento, está en el campo del recuerdo histórico.

En cuanto a la secretaría de don Sixto no se puede decir que tengamos diferencias doctrinales graves con sus seguidores. El problema está por un lado en su apuesta por la persona de don Sixto, que presentan no se sabe muy bien si en calidad de Rey, de abanderado o de regente, ignorando que la inmensa mayoría de los carlistas, especialmente aquellos que le han conocido personalmente, no confían en él. Por otra parte tampoco compartimos con ellos su opción de incluir como si fuera parte del programa político de los carlistas -o como si el carlismo hubiera de ser el brazo político del lefevrismo- una crítica frontal al Concilio Vaticano II. Por último, pero no menos incómodo a la hora de pensar en una mejora de relaciones, está el hecho de que insisten en utilizar -aunque sólo en internet- nuestro nombre (Comunión Tradicionalista) lo cual crea una confusión innecesaria.

En fin, ésta es a mi juicio la situación. La unidad imperfecta de los que se llaman carlistas nos preocupa, pero en ningún caso nos agobia. Porque al fin y al cabo el objetivo del carlismo no es la unión de los carlistas sino el servicio a Dios y a España. Tengamos amplitud de miras. Trabajemos por promover la unidad de todos los españoles en torno al Ideario de Dios, Patria-Fueros, Rey, verdadero esquema constitucional de la España tradicional. Solo así, en la acción, como bien dice el Oriamendi, "lucharemos todos juntos en unión".

A continuación van algunas otras respuestas. El contenido íntegro, así como la posibilidad de hacer más preguntas está en: www.forotomasmoro.org


**** SOBRE LOS PRINCIPIOS NO NEGOCIABLES (vida, familia, libertad y bien común)

Lo primero que hay que decir es que al referirnos a ellos estamos hablando exclusivamente en el plano electoral. Nosotros consideramos que la vida política no puede reducirse al marketing de maquinarias electorales. Por tanto la tarea en el día a dia de la Comunión no se limitará nunca a esos cuatro principios mínimos. Nuestros propios principios no negociables son los de siempre: Dios, Patria, Fueros, Rey.

Ahora bien, la estrategia electoral de los principios no negociables nace al constatar que los católicos españoles, en general, no estamos aprovechando bien los medios que el sistema ofrece. La prueba es que después de décadas de régimen constitucional no existe ningún grupo político con representación parlamentaria que respete con coherencia ni siquiera esos cuatro valores mínimos. Nosotros mismos, al igual que otros grupos, hemos utilizado algunas convocatorias electorales para hacer propaganda. Pero lo que la inmensa mayoría de gente espera no es propaganda sino elección. Cuanto tú te presentas "solo para hacer propaganda" la gente lo nota y es entonces cuando vota al "mal menor" porque a nosotros ni siquiera nos considera como una opción elegible.

En este contexto, el llamamiento de Benedicto XVI a defender como mínimo los principios no negociables ha sido providencial. Es verdad que hasta el momento no hemos logrado ningún fruto, pero en las últimas elecciones europeas nos acercamos bastante y lo vamos a seguir intentando. Si no salió adelante lo de las europeas fue por la negativa del PFyV y de SAIn a entrar en el proyecto y por la labor de zapa que desde algunos medios amigos del PP hicieron al dar cancha al irlandés Declan Ganley y su partido europeo "Libertas" que al final se presentó en coalición con Ciutatans.

En cualquier caso, nosotros pensamos que una simple coalición de los grupos que tenemos miles de votantes (CTC, AES, PFyV, SAIn...) no sirve para el objetivo propuesto que es empezar a colar voces amigas en las instituciones. Para ello hará falta pasar a los cientos de miles de votos. Con proyectos partidistas, sin dinero y sin medios de comunicación favorables, no vamos a ningún lado. Para ir a la lucha electoral sin alcanzar representación es mejor que nos presentemos por separado. Necesitamos, por tanto, además del apoyo de varios grupos políticos, el compromiso de personalidades independientes, caras conocidas, que se atrevan a dar el paso y faciliten llegar a la
opinión pública.


**** SOBRE ALGUNAS TENTACIONES DEL CARLISMO.

SI. HAY QUE ACTUAR YA. Hola Ignacio... me alegra que me hagas esta pregunta. Tienes parte de razón en tu crítica porque a veces los carlistas, tal vez impresionados por la grandeza de la herencia recibida, tenemos miedo de sacarla a la calle no vaya a ser que se manche con el barro. Pero claro, esa actitud no es carlista sino más bien "carlistista", es decir, que sería algo así como considerar al carlismo una pieza de museo, valiosísima, pero inútil.

Otra tentación -mucho peor porque nos convierte en un juguete de los conservadores- es la que considera al carlismo una especie de "guardia civil-civil" que ahora se mantiene en las brasas pero que volverá a salir a la calle "cuando se nos necesite".

Creo que estamos de acuerdo en cuál es la actitud correcta: hay que actuar ya. Cada uno en la medida de sus posibilidades, sin esperar a que seamos muchos, o ricos, o famosos. Es cierto que la calle está vacía (a lo mejor porque pasamos demasiado tiempo en internet, por cierto ) así que salgamos sin miedo que tenemos mucho por hacer.


**** SOBRE LA COMUNION AMPLIA Y LA CTC PARTIDO

Nosotros siempre hemos dicho que el carlismo es algo más que un partido. Lo que sucede es que el estado de nuestra organización política allá por los años 80 era tan débil que desde los Congresos de la Unidad se prefirió trabajar preferentemente en el fortalecimiento de la CTC como núcleo político. Ello ha supuesto un cierto abandono en el campo social o asociativo que estamos tratando de corregir en los últimos años con la creación o promoción de asociaciones y círculos. De hecho el proyecto de la Liga Tradicionalista, aprobado en el XI Congreso del pasado mes de mayo, va en esta línea de dotar al proyecto político tradicionalista de un "colchón" social favorable.

Por suerte o por desgracia la denominación de CTC está desde 1986 vinculada a la dirección política y electoral que es la CTC como partido. En teoría -en mi opinión personal- sí que sería bueno ceder el nombre de CTC al conjunto social pero en la practica me temo que eso resultaría muy complicado. Por eso, en principio, la CTC seguirá siendo el "partido" mientras que la Liga Tradicionalista tendrá que ir tejiendo esa red social que cada vez es más necesaria.

Por cierto, no estoy de acuerdo en que Comunión Tradicionalista Carlista sea un nombre mucho más raro, más largo o más antiguo que otros bastante exitosos como por ejemplo el de esos dos grupos que están sacando adelante los presupuestos generales del estado: Partido Socialista Obrero Español y Eusko Alderdi Jeltzalea – Partido Nacionalista Vasco.

Con un poco de dinero para marketing electoral se pueden hacer maravillas.

En cuanto a las pegas que despierta nuestra denominación en el plano electoral estoy seguro que por un lado se pueden superar teniendo una buena base social, y también avanzando en el proyecto de los principios no negociables. El mundo de marketing electoral ofrece muchos ejemplos de "marcas electorales" que no tienen por qué coincidir con la denominación oficial del partido político que las promueve.


**** SOBRE ELECCIONES MUNICIPALES

Lamentablemente, a día de hoy no tenemos confirmada ninguna candidatura con las siglas de la CTC en las elecciones municipales. La presentación de una candidatura municipal exige que haya un equipo de trabajo local que tenga un conocimiento suficiente de los problemas y necesidades de ese municipio concreto, así como una base social suficiente como para obtener algún concejal.

Por otra parte la presentación puramente propagandística en este tipo de elecciones, sin esperanzas de obtener representación, no nos parece demasiado interesante.

Dicho esto es importante recordar que desde la Comunión siempre hemos animado a todos nuestros afiliados y simpatizantes a que participen y se impliquen en la vida social y política más cercana. Ello supone también el apoyo y participación activa de todos los tradicionalistas en aquellas listas verdaderamente independientes -que las hay, especialmente en municipios pequeños- en las que se busque una política municipal libre de prejuicios ideológicos y centrada en los problemas reales de los vecinos.


**** SOBRE RECOMENDACION DE UN LIBRO PARA ACERCARSE AL CARLISMO:

Hay muchos recomendables pero la novedad de este año, el grandísimo libro "Requetés, de las trincheras al olvido", sirve para entrar en el conocimiento del carlismo por la puerta grande.


**** SOBRE LA FALTA DE CONFIANZA EN DON SIXTO

He dicho sobre don Sixto, efectivamente, y es un dato objetivo a tener en cuenta, que "la inmensa mayoría de los carlistas, especialmente aquellos que le han conocido personalmente, no confían en él". Y tiene razón el opinante al decir que para un monárquico esa no es razón suficiente para rechazar o aceptar la legitimidad de nadie. Pero es que además y antes que eso he dicho también que quienes presentan a don Sixto no se sabe muy bien si lo hacen "en calidad de rey, de abanderado o de regente". Don Sixto es un hombre soltero, de edad avanzada, sin descendencia, enfrentado a su familia, y alejado políticamente de la mayoría de los carlistas. Es duro tener que decir esto, pero es la verdad. ¿Qué esperanza puede ofrecer a los españoles?


**** SOBRE LA CUESTION DINASTICA

En este asunto tan delicado hay que hilar fino pero espero saber expresar a continuación no mi opinión personal sino la de la CTC como grupo y más concretamente la de mis compañeros de la Junta de Gobierno. Si yerro en algo no tendré ningún problema en rectificar lo que sea necesario.

Como es bien sabido el fallecimiento sin descendencia del Rey Alfonso Carlos I abrió en el seno del legitimismo español una crisis sin precedentes que, de hecho, no pudo ser resuelta ni por la Regencia de don Javier, ni menos aún por sus hijos don Carlos Hugo o don Sixto.
Tampoco por otros grupos minoritarios como el octavismo o la regencia de Estella. Ante esta situación, hubo -y hay- carlistas que consideran que lo único que resta a un carlismo descabezado es retirarse a casa para morir de viejo, arropado con el recuerdo y la nostalgia de lo que fuimos. Por contra, los carlistas que reconstituyeron la Comunión en aquel Congreso providencial de 1986 pensaron -de acuerdo con el mandato dado por Carlos VII en su Testamento político- que su responsabilidad era mantener al carlismo vivo, en torno a las banderas de siempre. Por eso se decidió entonces dejar aparcada la cuestión dinástica. Porque no se sabía o no se estaba de acuerdo en quién era el Rey, pero al menos si que estaba claro quién NO era el rey legítimo.

Y ahora... ¿estamos buscando al rey? Pues sí y no. Sí, porque ni aquel Congreso de la Unidad, ni la CTC en todos estos años, han cerrado nunca la puerta a la posibilidad de encontrarlo. Y no, porque los desengaños sufridos por el pueblo carlista nos obligan a ser extremadamente cautos.

Nuestra actitud hacia la familia Borbón-Parma, -como hacia cualquier otra familia que pueda reclamar para sí los derechos de la legitimidad-, quiere ser ante todo de respeto, y también de comprensión ante la dificultad evidente que supone asumir como Dios manda una carga tan pesada. Entiendo que esta posición de la CTC pueda parecer a algunos un tanto pasiva o tranquila. Queremos que nos conozcan -en esa línea va alguno de los contactos habidos-, pero no tomamos la iniciativa. El tiempo dirá si esta estrategia es o no acertada. En cualquier caso lo que pretendemos es ser muy realistas... en todos los sentidos de la palabra.


***** SOBRE EL COOPERATIVISMO DE RAIZ CATOLICA

Cualquier carlista, y de hecho cualquier católico que se tome en serio la Doctrina Social, entiende que las cooperativas (igual que otras instituciones, como las cajas de ahorro, nacidas para paliar las consecuencias desastrosas del liberalismo) son un modelo a estudiar, recuperar, actualizar y defender. Porque potencian la justicia y el equilibrio social; porque premian la solidaridad y los valores comunitarios sin negar la propiedad privada y el valor del esfuerzo personal; porque generan empresas arraigadas, beneficiosas para todo un territorio, difíciles de "deslocalizar" y hasta porque son en general más ecológicas. Además no se trata de una bella teoría sino que hay ejemplos bien patentes de empresas exitosas y que han hecho mucho bien a mucha gente.

Ahora bien, es evidente que muchas de las cooperativas católicas nacidas a finales del XIX y principios del XX (gracias en muchos casos al esfuerzo de carlistas) han perdido hoy el rumbo y hasta su mismo espíritu cooperativo. En gran medida porque han dejado de ser verdaderamente católicas. Poniéndonos un poco solemnes podríamos decir que han dejado de buscar "el Reino de Dios y su justicia..." . Por eso muchas han acabado convertidas de hecho en sociedades anónimas, con unos asociados que no participan, y con unos gerentes que se aprovechan de la pasividad de los socios para llevar las empresas con criterios puramente economicistas, cuando no especulativos.

No conozco demasiado el caso del grupo Mondragón, pero intuyo que su crecimiento desmesurado, unido a una innegable contaminación de nacionalismo vasquista, ha venido a ocupar el hueco que nunca debió dejar vacío el auténtico cooperativismo católico.

Toda esta historia del nacimiento, auge y adulteración de las obras sociales católicas nos demuestra que en esta vida no se puede dar nada por hecho o "atado y bien atado". Cada generación tiene la responsabilidad de mejorar la tradición recibida y a nosotros posiblemente nos toque, más que tratar de enderezar instituciones viejas, empezar algunas otras nuevas desde su base.

Estas son algunas ideas que me sugiere la pregunta a título personal. De todas formas invito a todos los interesados en el tema a que participen el próximo verano en los Cursos del Foro Alfonso Carlos I que se celebrarán en el mes de septiembre de 2011 en Toledo, porque precisamente se van a dedicar de forma monográfica a analizar cuestiones económico-sociales.


**** SOBRE POLITICAS ENERGÉTICAS

Empezando por tu última pregunta te diré que efectivamente, "quizá esto (el proponer a los españoles un plan energético nacional) escapa a nuestro cometido". Desde nuestra situación actual, al tratar de concretar demasiado posibles medidas de gobierno podríamos caer en la demagogia. En este como en cualquier otro asunto administrativo debemos siempre recordar que el objetivo de los carlistas, al revés que todos los demás "partidos", no es que gobiernen "los nuestros" sino los mejores y con la mayor imparcialidad posible. ("... que venga el Rey de España a la Corte de Madrid").

En lo que estamos todos de acuerdo es en señalar que la dependencia energética de España es, para cualquier gobierno, un problema prioritario que hay que resolver. En este sentido, en la última redacción de nuestro programa político, hemos incluido una referencia a las centrales nucleares. No tiene sentido que por purismo ecológico nos neguemos a que existan en España y que sin embargo estemos comprando energía de origen nuclear a Francia, que tiene varias centrales a pocos kilómetros de nuestra frontera. Por otro lado la energía cuesta lo que cuesta y es bueno que el consumidor final, empresa o particular, sea consciente de ello. La subvención de la energía enmascara la realidad y no puede ser buena para un desarrollo armónico de la actividad económica.


**** SOBRE LA HERMANDAD CON PORTUGAL

Empezando por las raíces comunes, y sin querer hacer historicismos de ninguna clase, no olvidemos que Portugal fue parte de la Hispania romana, que compartió con otros pueblos peninsulares el dominio de los suevos y los visigodos, que junto con el resto de Hispania sufrió la invasión musulmana y los largos avatares de la Reconquista, que en su origen fue un condado perteneciente al reino de Asturias-León. Que hasta mediados del siglo XII no se consolida como un reino independiente. Que más adelante vivió aún sesenta largos años compartiendo reyes (Felipe II, Felipe III y Felipe IV) con los otros reinos hispánicos. Desde entonces España y Portugal han vivido dándose la espalda, y este alejamiento se hizo más profundo con la consolidación de los estados-nación liberales.

La propuesta carlista de "federación" con Portugal se enmarca, como bien apuntas, en una unidad más amplia que es la de todos los países hispánicos. Los carlistas quisiéramos que aquella gran confederación de "repúblicas" que fue la Monarquía Católica volviera a renacer con el mismo espíritu, aunque las formas fueran diferentes hoy en día. A veces desde el entorno tradicionalista se oye hablar con cierta envidia de la Commonwealth británica y es que hay que reconocer que
dentro de su típico sentido práctico los ingleses lo han sabido hacer bastante bien al mantener una estructura de asociación política, cultural y económica presidida por la reina de Inglaterra. Ojalá pudiera existir también algo parecido -y mejor- para España, Portugal, Hispanoamérica, Filipinas y todos los antiguos territorios hispanoportugueses de Africa, Asia y Oceanía.

En cuanto a nuestra relación con miguelistas portugueses existen contactos con particulares, pero como bien sabes lamentablemente no hay en Portugal un grupo político que pueda ser equiparable a nuestra CTC.  

PUBLICADO EN AHORA INFORMACION. NUMEROS 108 Y 109.