CONFERENCIA
EN OVIEDO
AHORA
INFORMACION: LA OPINION CARLISTA
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Oviedo, 11 de marzo de 2010
Les
parecerá una observación muy extraña pero a mí las cosas me
suelen pasar por duplicado. Soy la única persona que conozco que las
dos únicas veces que se le ha llevado el coche la grúa han sido dos
días seguidos. Otra vez que estuve en Oviedo solo ante el
peligro dando una especie de conferencia fue para sustituir a Javier
Barraycoa, el anterior director de la revista AHORA,
cuando tuvo no se qué problema logístico con el avión. En esta
ocasión realmente estoy representando a Evaristo Palomar,
responsable actual de la revista que hoy queremos presentarles. El
podría haberles ilustrado de primera mano y mucho mejor que yo sobre
qué es lo que está pasando en España. … Pero no se vayan. porque
lo que yo les puedo contar es más o menos lo mismo que poco a poco
va desarrollando la revista AHORA aunque lo haga con un matiz
menos periodístico y más político como corresponde a mi cargo en
la junta de gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista.
Más que contar qué es lo que está pasando les contaré lo que
quiero que pase. Les diré algunas cosas sobre los carlistas y sobre
la opinión carlista acerca del presente y del futuro de España: por
qué nos definimos como un grupo político católico; o por qué
creemos que este sistema llamado democrático es realmente una farsa
en la que no existe verdadera representación; o por qué a pesar de
todo seguimos siendo monárquicos.
Que
le inviten a uno a hablar sobre la revista AHORA INFORMACION
es como que te pidan que hables de todo. A lo largo de sus más de
100 números, como podrán Vds. suponer, por las páginas de Ahora
han desfilado toda clase de acontecimientos y debates, los hechos
históricos de los últimos años y los enfrentamientos profundos
entre concepciones de la vida que de forma sorda pero real se
producen por debajo de la maraña de las pequeñas noticias del
telediario.
Pero
para no hablar de todo, que al final es como hablar de nada, trataré
de situar en el mapa a nuestra revista por tres elementos que la
definen como: una revista de actualidad, con una preocupación
política y una opinión carlista.
AHORA
es una revista de actualidad aunque sea de actualidad bimensual.
Al principio nos hubiera gustado que AHORA fuera una revista
semanal o incluso un periódico diario, pero hay que ser realistas y
aceptar las propias limitaciones tratando de aprovechar al máximo
los recursos con los que se cuenta en cada momento. El hecho de que
AHORA sea una publicación bimensual nos permite ir mejor a la
raíz de las cosas sin perdernos en la confusión de las noticias
diarias. -Esto es lo que se dice hacer de la necesidad virtud ¿no?-
Pero es que es la verdad: al ofrecernos una fotografía de cómo está
el patio cada 60 días, gracias a AHORA descubrimos de manera
nítida qué es lo que se ha movido y qué es lo que realmente está
pasando.
Por
otra parte AHORA es una revista política. Hoy en día la
política está sobredimensionada. A veces da la sensación de que
todo es política. El cine es política, las discusiones de pareja
son política, los curas no pueden decir nada porque entonces se les
acusa de hablar de política, hay políticas educativas, culturales,
lingüísticas, de comunicación, mentales y hasta para respirar. El
Estado y sus políticos quieren regularlo todo, controlarlo todo,
mangonearlo todo, decidir sobre todo. Al final me temo que querrán
hacer leyes hasta para regular la amistad. Y cobrarán más impuestos
a los que tengan más amigos, ya lo verán Vds. Como si fuera la peor
y más cotilla de las vecinas la administración se cuela por todos
los resquicios de la vida social e individual y de hecho impone, como
si fueran dogmas religiosos, las ideologías de moda, como la
ideología de género, por ejemplo.
Nosotros
los carlistas no negamos la importancia de la política, animamos a
todo el mundo a interesarse por las cosas de la vida pública y
tratamos de descubrir y enganchar a jóvenes con vocación política
pero no endiosamos a la política, porque sabemos que existen cosas
más grandes, más trascendentes, más elevadas, más importantes que
la política como la religión, o la familia, o la cultura.
AHORA
información habla sobre política en el sentido más extenso de
la palabra, opinando sobre todo lo que pasa desde que uno sale de
casa hasta que entra en el templo, pero si leéis AHORA
INFORMACIÓN veréis como en el fondo la mayor parte de las veces
en que a los carlistas se nos pregunte una opinión concreta sobre la
política cotidiana acabaremos apelando a la libertad de la gente. A
veces parecerá que es que no nos mojamos pero es que es absurdo, y
presuntuoso, e imposible tener una opinión cerrada sobre todo. La
política no puede consistir en que hay unos políticos que te dan
todo resuelto, que te dan de comer a la boca y te hacen la cama, sino
en la libre convivencia entre buenos vecinos dentro de un marco de
valores compartidos.
En
tercer lugar, AHORA es una revista carlista, editada por la Junta
de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista. Eso quiere
decir que pertenece a la familia política carlista, que como bien
saben Vds. es un partido político pero que es algo más que un
partido político. El punto de vista carlista no se acompleja si
tiene que contrastar sus opiniones con las del liberalismo, o con las
del marxismo o con cualquier otra teoría política de tipo
ideológico. Es importante aclarar que el carlismo no es una
ideología. El fundador del carlismo... no existe. Los carlistas, lo
único que hemos pretendido siempre, es continuar, mejorando en lo
posible, el pensamiento político de la tradición española. Por eso
nos llamamos también tradicionalistas en política. Porque estamos
seguros de que si los luchadores de la reconquista, los organizadores
del reino de Asturias, los inventores de las cortes, los creadores de
la familia católica y del derecho internacional, los conquistadores
y evangelizadores de América, los constructores de los templos y las
plazas de España, los sublevados contra la revolución francesa y
contra Napoleón... si todos ellos se pusieran hoy en día a buscar
un heredero en el panorama político lo encontrarían, seguro, en
esta humilde Comunión que es el carlismo, que contra viento y
marea sigue manteniéndose fiel al lema natural y quijotesco de la
España de siempre: por Dios, por la Patria y por el Rey.
Volviendo
a la revista AHORA os puedo decir que no es fácil para una
publicación de sus características, no profesional, basada en un
trabajo de voluntarios, mantenerse a lo largo de más de cien
números, autofinanciarse, y contar con un millar de suscriptores
fieles. En todo este tiempo se ha mantenido y crecido gracias al
trabajo y a la generosidad de tres directores que son Javier
Barraycoa, Carlos Ibáñez y Evaristo Palomar, pero
además gracias al apoyo de todos los suscriptores y a un buen número
de colaboradores. El resultado es que AHORA INFORMACION es una
revista seria, fiable, rica en artículos bien escritos y profundos.
Naturalmente siempre incluye algunos otros más ligeros, entrevistas,
crónicas, etc. pero la verdad es que es una revista prestigiosa, más
bien para mayores, es decir, para lectores con un mínimo de
formación.
Como
verán estoy tratando de hacer una buena publicidad de la revista
para que aquellos de ustedes que todavía no están suscritos
soliciten el envío gratuito de tres números en promoción.
Pero
además de para vender revistas me gustaría aprovechar esta estancia
en Oviedo para ponerme a su disposición si es que quisieran hacer
alguna pregunta o pedir alguna explicación sobre esta organización
que es la Comunión Tradicionalista Carlista que como sabéis
preside vuestra paisana María Cuervo-Arango y de la que yo
tengo el honor de ser secretario general. Me podéis preguntar, por
ejemplo, ¿cuántos sois, cuánto cobráis por vuestro cargo, qué va
a pasar en las próximas elecciones, por qué os cae mal ZP, por qué
no os fiais de Rajoy, etc.?
O,
como decía al principio, tal vez podría tratar de explicarles
por
qué nos definimos como un grupo político católico;
o
por qué creemos que este sistema llamado democrático es realmente
una farsa en la que no existe verdadera representación;
o
por qué a pesar de todo seguimos siendo monárquicos.
La
CTC es un grupo político confesional católico. Es
decir, que es un grupo político formado por laicos católicos que
estamos convencidos de que la vida comunitaria de los pueblos, la
vida social y por tanto autoridad política no puede actuar como si
Dios no existiera porque entonces, si Dios no existe, sólo cuenta lo
que se publica en el Boletín Oficial de Estado y entonces ¡ay de
los débiles!. Yo no niego que pueda haber católicos sinceros
en otros partidos pero lo cierto es que el sistema político actual
no está pensado para políticos-Crusoe que vayan por libre.
El sistema actual se basa en los partidos, en las candidaturas
cerradas y bloqueadas, en los grupos parlamentarios. Los comités de
los partidos se rigen por ese lema solemne que dice: “El que se
mueva no sale en la foto” así que si Vd. es un político
católico dentro de un partido no católico, una de dos: o actúa
como si no fuera católico para conservar el puesto, o se deja
utilizar por el mismo partido cuando le interesa, como cebo vivo,
para pescar a los votantes católicos. Nosotros pensamos que en
cualquier circunstancia, pero mucho más en un sistema como el
actual, es lógico y bueno que los políticos católicos actúen
agrupados. Eso no significa que todos tengan que pensar en todo lo
mismo - de hecho podría haber varios partidos políticos católicos
que discreparan en cuestiones opinables- lo que pensamos es que si
los que defienden lo mismo para la vida, la familia, la libertad o el
bien común actuasen unidos perderían menos el tiempo y harían
mucho bien.
La
CTC es un grupo político que no cree en el sistema actual. Es
más, pensamos que el sistema es el problema. Este sistema que llaman
democrático en realidad es partitocrático. ¿Quién manda realmente
en las decisiones públicas? En los ayuntamientos, en las
universidades, en los sindicatos, en los jueces... al final quien
tiene la última palabra es el comité del partido gobernante. Es
decir, el comité del partido que más dinero ha invertido en la
campaña electoral. ¡Qué casualidad! Los dos partidos que más
dinero invierten en la campaña electoral son los partidos que más
votos sacan. ¿No les parece una casualidad extrañísima? A mi lo
que me parece es que esto no es una democracia porque el pueblo no
pinta nada. Esto es una plutocracia porque al final, el que pincha y
corta, es el que tenga más dinero. Por otra parte es evidente que
los políticos del sistema están cada vez más alejados de la
realidad que dicen representar. Viven entre moquetas, entre coches
oficiales y guardaespaldas, con unos sueldos y dietas tentadores, y
repartiendo subvenciones a los amigos para garantizarse el voto de
los estómagos agradecidos. Cada vez se parecen más a aquella
nobleza decadente que fue barrida por la revolución francesa. El
sistema político actual es una farsa, un teatro en el que los
grandes partidos comparten una misma idea de qué cosa es el
progreso. Tanto para el PP como para el PSOE progreso es, por
ejemplo, que en una familia media española la madre se vea obligada
a trabajar fuera de casa, que el padre se atonte lo más posible con
la telebasura (o que simplemente, no exista, como en el caso del
padre de la hija de esa mujer rara llamada Dolores de Cospedal), que
los jóvenes se junten únicamente con los jóvenes, que los niños
pasen el día en la guardería, y que los ancianos se queden todo el
tiempo en el asilo o en “centros de día”, con otros ancianos. Es
decir, vida familiar cero. Y que nadie piense que este panorama
familiar es fruto de una decadencia histórica inevitable. No señor.
Es la consecuencia directa de una legislación que considera a la
familia tradicional como un atraso histórico. Y esa legislación
(divorcio, aborto, educación para la ciudadanía, leyes
audiovisuales y educativas, de género o de dependencia) está aquí
porque ha sido aprobada o mantenida por el PSOE y por el PP.
En
definitiva, los españoles están secuestrados -y no saben cómo
escapar- en un sistema político cerrado que trata de imponer la
ideología relativista. En la CTC tenemos muy claro que hay que
romper con el sistema. Con prudencia, con cabeza, pero hay que
romper.
Y
permítanme un comentario sobre la cuestión monárquica. Los
carlistas somos posiblemente el único grupo político monárquico
que existe en España. Claro que lo que nosotros defendemos es la
monarquía tradicional y no esta monarquía de opereta en la que
alguien que se hace llamar rey, soberano y monarca no tiene libertad
ni siquiera para firmar o dejar de firmar leyes gravísimas que en
teoría chocan frontalmente con su presunto catolicismo y
españolidad. Don Juan Carlos acaba de firmar la nueva ley del aborto
pero siento recordarles que antes ya firmó la ley del 85 que ha
provocado la muerte de más de un millón de inocentes, y las leyes
del divorcio que tanto dolor y tantísimos matrimonios nulos han
causado, y las de manipulación de embriones, y las leyes de
educación que tienen contra las cuerdas a los colegios católicos, y
las de las parejas de hecho o el llamado matrimonio homosexual, y
todas las leyes que han dado alas a los partidos separatistas, etc.
Una de dos, o don Juan Carlos ha firmado convencido de hacer lo
correcto o ha firmado sin libertad, como si fuera un esclavo de lujo.
Ninguno de estos dos casos parece el más deseable para un rey de
España. ¿No les parece sintomático que la única frase histórica
de don Juan Carlos en los últimos años haya sido esa de
“¿por qué no te callas?”?. Me temo que cuando la dijo le salió
el subconsciente porque al parecer está cómodo en su papel de “rey
mudo” como si dijera: “¿por qué no te callas igual que hago
yo?”. La situación de la monarquía es pues bastante ridícula y
que no se diga que no lo advertimos. Hace ya 175 años que lo
llevamos advirtiendo. Que un rey de verdad es el que culmina una
estructura política estable, salvándola de los vaivenes
partidistas. Y que lo peor que le puede pasar es que se convierta en
un instrumento al servicio de la revolución para ayudar al sistema,
dándole una apariencia respetable, a poner la tradición española
patas arriba. Alguno pensará que defender una monarquía es mucho
menos democrático que defender la Constitución. Pero les hago una
reflexión: abran la página de esquelas de La Nueva España y
verán que está llena de difuntos votantes del referendum
constitucional de 1978. Cada vez hay un mayor número de españoles
que no tuvieron la oportunidad de decir nada sobre eso que los
partidos del sistema llaman “la Constitución que nos hemos dado
los españoles”. Yo tengo 40 años y era menor de edad en el 78
así que háganse una idea. Es lo mismo, exactamente lo mismo que
podían plantearse los españoles del siglo XVI. También a ellos
pudieron decirles -y con más razón que con la constitución del 78-
que la monarquía era “la monarquía que nos hemos dado los
españoles”.
En
definitiva, con este bagaje y con estos argumentos nos presentamos
los carlistas en pleno siglo XXI. Y hacemos nuestra revista y
seguimos trabajando, escribiendo, tratando de convencer a los que
hacen que hagan bien y los que no hacen que hagan.
La
Comunión Tradicionalista Carlista está en los últimos años
trabajando de forma seria y esperanzada por la unidad, pero no una
esa unidad del miedo “a los rojos” que ofrece el PP. Es una
unidad en positivo para la que ha sido providencial el planteamiento
de los cuatro valores no negociables definidos por el Papa Benedicto
XVI.
Esto
daría para otra conferencia así que voy concluyendo y dejo este u
otros asuntos que les puedan interesar para tener con Vds. unos
minutos de coloquio.
Muchas
gracias.
Javier
Garisoain
Secretario
General de la CTC