HISTORIOGRAFIA RECIENTE SOBRE CARLISMO (1985-1995)
El carlismo, el movimiento político contrarrevolucionario que mayor desarrollo alcanzó de entre toda una serie de fenómenos europeos similares y coetáneos, levanta todavía pasiones y hace correr ríos de tinta. Así ocurre al menos entre los historiadores que, en algún momento de su carrera, se han acercado a estudiarlo.
Desde que Jaime del Burgo Torres escribiera su conocida y monumental obra Bibliografía del siglo XIX, guerras carlistas y luchas políticas, cuya última revisión vió la luz en 1975, el carlismo empezó a ser objeto de una importante cantidad de estudios y publicaciones de tipo histórico. Durante algunos años, al hilo de la revolución ideológica liderada por Carlos Hugo de Borbón-Parma, se abrió camino una tendencia historiográfica marxista que "explicaba" el fenómeno carlista como una especie de proto-socialismo español. En esa línea se inscriben las publicaciones de José Carlos Clemente, F.García Villarrubia, X.C.Barreiro o Jordi Canal.
Pero es desde mediados de los años ochenta, especialmente a partir del nacimiento de la ya veterana Revista de Historia Contemporánea APORTES, cuando tiene lugar un verdadero "redescubrimiento" del carlismo histórico.
En efecto, esta revista cuatrimestral, fundada y dirigida durante años por el profesor de la Universidad de Zaragoza Francisco Asín, a quien ha sucedido recientemente en el cargo el joven doctor y especialista Alfonso Bullón de Mendoza, ha actuado de catalizador de numerosas investigaciones.
En el número 17 de APORTES, Margarita Vives Agurruza recopilaba nada menos que 131 referencias de artículos publicados en revistas de historia españolas entre los años 1981 y 1991. Esto nos da una idea del volumen de lo publicado sobre historia del carlismo, y más cuando debemos añadir a esa cifra los artículos que han visto la luz en los últimos cuatro años.
Por su parte, el conocido historiador Stanley G. Payne, en una conferencia pronunciada en Madrid en 1988, citaba como básicas para entender el primer carlismo dos obras de 1986 y 1984 respectivamente: Carlismo y sociedad de los ya nombrados Asín y Bullón, y The basque phase of Spain's first carlist war, de John Coverdale (Universidad de Princeton). La verdad es que nuestros conocimientos sobre la primera Guerra Carlista han avanzado enormemente en los últimos diez años gracias a profundos estudios regionales de historiadores como Josep Mª Mundet i Gifre o Manuel Lladonosa i Vall-Llebrera para Cataluña; Rosa María Lázaro o Renato Barahona para Vascongadas; Angel Ramón del Río Aldaz o Juan Pan-Montojo para Navarra; Francisco Asín para Aragón; M.A.Sánchez Gómez para Cantabria y también, por supuesto, gracias a los trabajos del mismo Alfonso Bullón, entre ellos su extensa y prácticamente definitiva obra La primera guerra carlista.
Otros aspectos y períodos de la historia del carlismo han sido también abordados por Julio Montero Díaz, doctor por la Universidad de Navarra, en su tesis felizmente publicada y titulada El Estado Carlista. Principios teóricos y práctica política (1872-1876)"; y por Manuel de Santa Cruz, que con sus Apuntes y documentos para la historia del tradicionalismo español (32 Volúmenes que abarcan desde 1939 hasta 1966) ha puesto las bases para próximos estudios de historia reciente del carlismo que ya están en preparación.
Sobre pensamiento carlista destacamos el reciente y magnífico libro de la Dra. de la Universidad de Dallas, Alexandra Wilhelmsen, La formación del pensamiento político del carlismo (1810-1875), de consulta obligada a partir de ahora, y algunas tesis doctorales como la del joven mejicano Rodrigo de Val Martín sobre la filosofía política de Juan Vázquez de Mella o la de Margarita Santos sobre el tradicionalismo de Valle-Inclán.
En cuanto a la participación del carlismo en la Guerra de 1936-1939, el cincuenta aniversario de la misma animó sin duda la publicación de libros entre los que destacan los dos volúmenes de Julio Aróstegui sobre las milicias de requetés, las diversas publicaciones de Rafael Casas de la Vega, y algunas imprescindibles biografías individuales como la del requeté italiano Alfredo Roncuzzi o la de Javier Nagore Yárnoz. Como biografías colectivas podríamos citar la publicación de Salvador Nonell sobre el laureado tercio de requetés de Nuestra Señora de Montserrat o la historia del tercio riojano de Valvanera, de Manuel Bellosillo.
Además, sobre historia del carlismo en general, se han publicado en los últimos años otros interesantes libros como el Cancionero histórico carlista de Bonifacio Gil; el libro de Jose Luis Vila-San Juan editado el pasado año por Planeta Los Reyes carlistas. Los otros borbones; la publicación que bajo el título genérico de Las guerras carlistas recoge las intervenciones del Curso de Verano de El Escorial dirigido por Alfonso Bullón en 1992... Y qué mejor que cerrar este elenco historiográfico citando el último libro de Jaime del Burgo Torres: Carlos VII y su tiempo, leyenda y realidad presentado recientemente.
Todo este esfuerzo historiográfico y editorial no hubiera sido posible sin el apoyo y el empeño de varias entidades. Ya hemos destacado el papel de APORTES como elemento dinamizador de estos estudios, pero al hablar de APORTES hay que hablar también de la Editorial ACTAS y, trabajando en estrecha colaboración con ésta, de la Fundación Luis Hernando de Larramendi que, nacida en 1988 viene otorgando un prestigioso premio anual de historia del carlismo que ya va por su quinta convocatoria.
Algunas instituciones públicas que están apoyando esta renovación de estudios sobre el carlismo son el Gobierno de Navarra, la Fundación Sancho el Sabio de Vitoria, la Diputación de Guipúzcoa y el Museo Zumalacárregui dependiente de ésta. También está siendo fundamental en este sentido el respaldo de diversas universidades españolas, entre las que sobresalen la Universidad de Navarra, y la Universidad Complutense, que ha dedicado al tema dos Cursos de Verano en El Escorial (años 1992 y 1993); al igual que la Universidad americana de Madison-Wisconsin, organizadora en mayo de 1994 de un curso dirigido por Stanley G. Payne.
Por último, no podíamos dejar de citar la aportación de otros organismos como la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra, entidad organizadora de los Congresos Generales de Historia de Navarra; las Publicaciones de la Abadía de Montserrat y otras fundaciones catalanas que tratan de promover estudios y museos sobre carlismo; o la recien nacida Fundación de Amigos de la Historia del Carlismo.
En definitiva, 162 años después, el carlismo sigue llamando la atención de los historiadores y es que, como dice Payne, representa algo más que "la gran causa perdida" del siglo XIX. Todavía está sin responder definitivamente el interrogante: "¿cuánto ha influído el Carlismo de un modo efectivo en la España contemporánea?".
F. Javier Garisoain Otero
Mayo de 1995
ARTICULO INEDITO
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