sábado, 13 de diciembre de 2008

¿Qué los partidos son la base del sistema? ¡Y un jamón!


La teoría del sistema político vigente -también conocido como "democracia de partidos"- dice que estas benéficas instituciones son como los pulmones de la democracia. Así, cuando a uno, pongamos por caso, le da una rabieta contra un vice-ministro lo mejor que puede hacer es esperar a las próximas elecciones para golpearle con la papeleta de otro partido en todas sus políticas narices. Verdaderamente hay que ser un poquillo rencoroso para votar así, a sangre fría, recordando la jugarreta que nos hicieron, a lo mejor sin querer, hace tres o cuatro años. 


¿Existe alguna alternativa para participar en la vida política que no sea la partidaria y electoral? Lamento decir que no gran cosa. 

Escribir una "carta al director" es un desahogo, sin duda, pero harían falta mil cartas para cambiar una sola línea del BOE. Salir a la calle en manifestación es un derecho constitucional muy digno, si señor, pero da corte. Recurrir al Defensor del Pueblo es como escribir a los Reyes Magos: hay que creer. Así que no nos quedan mas que los partidos. 

En el registro oficial existen varios centenares, a cual más variopinto. Y sin embargo el 80 por ciento de los españoles se empeña en apostar casi siempre por los dos más grandes con lo cual no sabe la cantidad de matices interesantes que pierde y hace perder. Así es como hemos llegado no a "una democracia de partidos" sino a una "bipartidista". 

Actualmente soy secretario general de un partido político que no es ni la Cocacola ni la Pepsi. Cuando la gente me ve llegar a los sitios sin coche oficial siente un poco de lástima. Pero yo ya lo tengo asumido. Es lo que tiene estar afiliado a un partido en España. Cuando te has hecho con el carnet del equipo ganador todo son ventajas y se te abren todas las puertas. Pero como se te ocurra ser miembro de un partido más bien modesto, con ideales, y sin capacidad decisoria sobre la subvención... date por ninguneado. Tu currículum científico y laboral quedará marcado con un borrón indeleble y sospechoso. Hasta en las mejores familias te verán como una especie de apestado de lepra política. Como si el mero hecho de participar de la única manera que te deja el sistema fuera el mejor sistema de quedar al margen del sistema.

Es evidente que algo está fallando. Y la verdad, a estas alturas me da muchísima pereza tratar de hacerme un hueco en el PP o en el PSOE para cambiarlos desde dentro. Otro día les contaré cómo se hace eso.

F. Javier Garisoain Otero

Licenciado en Historia y político
PUBLICADO EN COPE.ES